En este trabajo que hemos realizado para ejercitarnos en el uso de las Tic me
ha parecido oportuno elegir un tema relacionado con las creencias de otras
religiones. Cuando uno se mete en este mundo de las nuevas tecnologías
comprendes que realmente salimos a un espacio nuevo lleno de posibilidades;
sobre todo de difusión de ideas y de encuentro con otros. Esto supone la
oportunidad de evangelizar que es la urgencia a la que nos llama Nuestro Señor
en todo momento.
En concreto he elegido comparar el Budismo con la Revelación
Cristiana en dos puntos clave; de un lado el problema de la existencia
enfrentada al fracaso del sufrimiento y la muerte, y cómo afrontarlos; y de
otro, al problema de la vida tras la muerte.
En contacto con los jóvenes vemos cómo el relativismo está muy
arraigado en sus mentes, de manera que parece un bien no oponerse a ninguna
creencia y aceptarlas todas pensando que el bien mayor es que cada cual sea
libre para pensar lo que estime mejor. Y de que nada es bueno ni malo, ni
verdad ni mentira sin reparar en que el respeto a la libertad no puede
sacrificar a la verdad.
Tener claro que la verdad es Cristo y esa verdad nos libera y
nos salva no nos aleja de los otros, sino al contrario.
En la pequeña presentación que os comparto podemos acercarnos a
la religión Budista comprendiendo su origen y afirmaciones, y como si de un
diálogo se tratase, contraponemos, como quien ofrece, la propuesta cristiana.
Siendo Pascua de Resurrección y Domingo de la Divina
Misericordia, qué mejor que hablar de la alegría de la Resurrección.
Os transcribo unas citas de Benedicto XVI, que es siempre buen
recurso para tener buena sombra intelectual y pastoral bajo la que cobijarse,
para centrar la cuestión de la comprensión del diálogo interreligioso.
Y un saludo a todos.
"No es posible reconciliar la reencarnación con la relación
personal entre Dios y el hombre, ni con la grandeza del alma humana. Hay en
todo esto, como he dicho, la tentación de elegir lo fácil". Además,
"¿cómo es posible guardar la identidad personal si después de la muerte no
hay recuerdo de una anterior existencia, si no hay ninguna identidad que se
pueda confirmar? El miedo ante la pérdida de la vida no se debería superar con
la ayuda de la idea de la reencarnación, sino con la fe en la misericordia de
Dios".
"Las religiones proceden
en parte de la revelación natural. Esto quiere decir que de un lado proceden
del Creador, pero por otro lado están esperando la plenitud de la Revelación.
Vemos que por la deformación procedente del pecado, la verdad del Creador en
cierta manera se distorsiona en las religiones".
"El peligro de renunciar a la difusión de la verdad, bajo el pretexto de respeto al otro, aparentemente por humildad, en realidad significa que elegimos nuestra comodidad, que no admitimos la grandeza del cristianismo, que cambiamos la fe".
Joseph Ratzinger, entrevista a
la revista cultural polaca Fronda (n. 15/16, 1999)
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